El lugar
A Costa da morte es un pedazo de tierra que bordea el Atlántico desde Malpica hasta la ría de Corcubión, dentro de la provincia de A Coruña. Son casi 100 kilómetros de una de las costas más peligrosas que pueden encontrarse en toda Europa. Históricamente, es muy popular por los numerosos naufragios de buques que se perdían entre la niebla y las fuertes corrientes marítimas. Turísticamente, es una delicia para el cuerpo y la mente. Y es que su gastronomía y sus playas vírgenes son difíciles de olvidar.
Hasta hoy, cerca de 1.000 embarcaciones han perecido en estas aguas. Eso, de las que se tiene constancia. Fueron especialmente sonados los de la marina inglesa a finales del siglo XIX. La propia prensa británica culpó a los nativos de la región. Según aquellas historias, los barcos habían sido obligados a encallar y después fueron asaltados violentamente por la gente local. Algunas voces afirman que muchos de aquellos marineros aparecieron muertos y con algunos de sus miembros amputados después de robarles las joyas. De ahí que de manera un tanto sensacionalista, comenzó a acuñarse el término Coast of Death.
No fueron los británicos los únicos -ni los últimos- en terminar sus días aquí. Los accidentes no se han detenido desde entonces, conformando una lista interminable que hace de este lugar el cementerio marino más importante de España. El más reciente acabó desatando una catastrófica marea negra en toda la costa. El hundimiento del Prestige, en el año 2002, se unía así a una colección donde cohabitan veleros, balleneros, galeones, fragatas y por encima de todo, pesqueros.
La ruta
Nuestra ruta empieza en Malpica, un pueblo pesquero con un pintoresco puerto donde abundan los barcos y las tabernas. No te preocupes por la calidad del pescado, ni por su precio. Aquí, la comida es un lujo asequible para todos los bolsillos. Muy cerca de Malpica se encuentra la playa de Seiruga, una habitual en las listas de las mejores playas de Galicia.
Seguimos la carretera hacia el sur, hasta llegar a Corme, pueblo muy pequeño conocido por la Punta Roncudo, uno de los puntos emblemáticos de A Costa da Morte. Tres cruces blancas de piedra sobre las rocas rinden tributo a todos los marineros y percebeiros fallecidos en estas aguas. Punta Roncudo es también famoso por uno de los mayores tesoros de toda Galicia: el percebe. Un bicho tan feo como difícil de atrapar que se ha convertido con los años en uno de los principales reclamos de la región.
Muy cerca de Corme está Laxe, famoso por dos cosas: los naufragios y la Laguna de Traba. Una amplia llanura de 800 metros de longitud ideal para recorrer a pie. Está protegida del mar por un cordón de dunas naturales, donde encontramos la playa de Soesto. Sin duda, una de las mejores -sino la mejor- de toda la región.
Dejamos atrás Laxe para llegar a otro lugar rebosante de tesoros: Camariñas. Los locales dicen que aquí está el mejor pulpo del mundo, aunque la fama se la lleven otros. También son legendarios en Galicia sus quesos, lacón o pimientos. Así que, a Camariñas no se viene de paso. Es necesario comer aquí. Este pueblo es también conocido por las mujeres que hacen encaje de bolillos, conocidas por el nombre de »palilleiras». Su arte es muy popular en toda Galicia. En Camariñas nos encontramos también con el cabo Vilán. Famoso por sus imponentes vistas al Atlántico y donde encontramos el cementerio de los ingleses. Aquí tuvo lugar el naufragio del Serpent, que cobró más vidas que ningún otro en A Costa da Morte.
A poca distancia de Camariñas está Muxía, otro precioso pueblo pesquero desde el cual puedes ver el último atardecer de Europa, desde el Cabo Touriñán. La cartografía moderna ha demostrado que este es el punto más occidental de toda España, aunque la fama la siga teniendo Finisterre.
El fin de la Tierra
Después del cabo llegamos a la parte más simbólica y conocida de toda A Costa da Morte. Aquí nos encontramos un pueblo donde los cabellos rubios y la palidez de algunos de sus habitantes sirven de burla al resto del pueblo, quienes les recuerdan la cantidad de marineros del norte de Europa que pasaron por aquí.
Al lado de Fisterra está Corcubión, un precioso pueblo costero donde sus vecinos afirman que está el mejor restaurante de A Costa da Morte: el San Martín. Dos playas merecen especial atención en esta zona. Una es la playa de Fora. La otra, la do Rostro. Arenales kilométricos donde apenas hay gente, pero donde debe tenerse mucha precaución si uno quiere bañarse.
Es aquí donde acaba nuestro camino. En realidad, donde acaba la Tierra. Y donde acaba realmente el camino de Santiago, peregrinación cristiana que conduce al último rincón del planeta. Hay una señal que marca el km cero de la ruta, donde la tradición manda quemar las botas en este cabo. Más allá, el faro, donde comienza la inmensidad del océano Atlántico y donde termina nuestro viaje. Justo en el fin de la Tierra.
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