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Cinco sitios para visitar alrededor de Düsseldorf
¿Te quedas varios días en Düsseldorf y quieres conocer la región? En los artículos anteriores te conté qué se puede hacer en esta ciudad en uno o dos días. Hay por supuesto mucho más por explorar dentro de la ciudad: hermosos parques y bosques, barrios con historia, cervecerías, calles “con onda”. Pero también vale la pena conocer alguno de los lugares en las afueras. En este post te propongo cinco sitios para visitar alrededor de Düsseldorf.
Un mar de posibilidades
Esta ciudad es la capital de la región Renania del Norte-Westfalia (Nordrhein Westfalen), que es el territorio más densamente poblado de Alemania. Se caracteriza por su desarrollo industrial y comercial y por la amplia disponibilidad de espacios naturales y culturales. Es decir: hay para todos los gustos. Además las distintas ciudades y distritos de la región están muy bien conectados por la red de transporte público. Dentro de la oferta de billetes de la Deutsche Bahn puedes comprar un billete del día para moverte libremente dentro de la región, sale 31 euros para una persona y 46 para un grupo de hasta cinco.
Si quieres naturaleza…
No tienes que ser una girl o un boyscout para añorar estar de vez en cuando lejos del cemento, del ruido de los carros, de los insistentes carteles publicitarios y del roce con la multitud anónima en el transporte público. Todo esto tiene su magia, pero también es agotador. Sea que vivas en la ciudad o que estés viajando, a veces es importante hacer una pausa verde.
Como en todas las ciudades alemanas en Düsseldorf existen grandes y hermosos parques con mucho, mucho verde. Pero si buscas es espacio menos intervenido por el ser humano, existen varios destinos alrededor de la ciudad dónde puedes realizar una actividad tan alemana, que las palabras para designarla en español se quedan cortas: eine Wanderung. Si intento traducir todo lo que significa esta palabra, necesito una oración completa: un largo paseo a pie en la naturaleza o en un territorio donde predomina la naturaleza. ¿Conoces alguna palabra en español para esto?
Aquí te propongo dos destinos posibles para realizar una Wanderung: el parque en el valle del Neander y Altenberg.
Museo y parque Neandertal
Seguro que has escuchado hablar de los neandertales, una especie homínida que habitó parte de Europa antes del homo sapiens – y, según se sabe ahora, también simultáneamente. Pero quizás no sabías que los primeros restos de esta especie hoy extinta (a no ser por el pequeño porcentaje de su ADN en algunxs de nosotrxs), fueron encontrados en el valle del río Düssel, en Erkrath, una localidad muy cerca de la ciudad.
La mística del Neander
Tenme un poco de paciencia, te contaré una historia curiosa, intentaré ser breve. Durante el siglo XVII un teólogo, pastor protestante y poeta lírico llamado Joachim Neander solía pasearse (hacer Wanderungen) por el valle del Düssel entre las localidades de Mettmann y Erkrath. En ese entonces esta zona, aún no explotada para la extracción de cal, era de una belleza natural sobrecogedora, perfecta para la inspiración mística. Aquí componía Neander sus canciones y solía celebrar el servicio religioso. Por esto y en su honor, este valle (Tal en alemán) recibió más tarde su nombre: Neandertal.
Durante el siglo XIX y en el curso de la industrialización de la región el valle perdió gran parte de sus encantos naturales por cuenta de la intensiva extracción de cal. Pero al mismo tiempo gracias a estos trabajos, en 1856 fueron descubiertos restos humanos de lo que después se determinó que era una especie homínida temprana. La especie recibió el nombre del valle homo neanderthalensis y por transición el nombre del teólogo.
Para mí solo esta historia amerita un paseo por el valle de Neander. Desde hace varios años se lleva aquí una intensa tarea de reforestación y restauración de la riqueza natural del valle. Se pueden hacer distintos caminos, con diferentes grados de dificultad y duración. Podrás pasear a lo largo del Düssel e internarte en el bosque montañoso. Los caminos un poco más largos te llevarán por campos de cultivo y pastoreo de bisontes. Si además te interesan la antropología y la arqueología , antes o después puedes visitar el museo Neandertal. Un paseo completo por donde se lo mire.
Iglesia gótica y Wanderung en Altenberg (Bergisches Land)
Si bien Düsseldorf es una ciudad muy plana, a su alrededor, a medida que te alejas del Rin, encontrarás un territorio montañoso (Bergisches Land). El valle del Neander se encuentra al este y ya tiene sus “subidas y bajadas”. Pero si quieres realizar una Wanderung más exigente -o si prefieres la historia europea más reciente, te puedes alejar un poco más hacia la localidad de Odenthal al sur. Allí se encuentra el área de Altenberg: un sitio hermoso, donde se levantan una impresionante catedral gótica y abadía cisterciense, construidas entre los siglos XI y XII.
Además de visitar estas antiguas construcciones, vale la pena pasearse por las pintorescas callecitas a su alrededor. Allí encontrarás dónde comer comida tradicional bien preparada, además de tiendas de alfarería y orfebrería. Este es también el punto de partida de distintos caminatas a través de la montaña y el valle del Dühnn. Además desde aquí puedes visitar un Bosque de cuento (Märchenwald). Este es un camino temático con distintas estaciones en las que se escenifican varios cuentos tradicionales en la versión de los hermanos Grimm. Si bien todo está en alemán, los cuentos son universalmente conocidos y como dice el dicho, a veces una imagen vale más que mil palabras.
Si prefieres la selva urbana…
Como ya te he contado, la región de Renania del Norte-Westfalia está densamente poblada. Sin embargo la población se encuentra bien repartida en distintos centros urbanos estrechamente conectados entre sí (la única ciudad que supera el millón de habitantes es Colonia). Esto permite que visitar otra ciudad pueda ser un paseo del día. Como escribí por ahí, cada ciudad es un pequeño universo. Que sea tan sencillo pasar de un universo a otro, de una ciudad a otra, es para mí, que vengo de la enorme y laberíntica ciudad de Buenos Aires, una posibilidad que no deja de sorprenderme y fascinarme.
Si los destinos naturales no te llaman tanto la atención, te propongo entonces tres ciudades que quedan a menos de una hora en tren desde la estación central de Düsseldorf: Essen, Wuppertal y Colonia. Ahora las presentaré brevemente, más adelante podrás leer artículos más detallados sobre cada una de ellas.
Revivir la Edad Media en Colonia
La ciudad de Colonia (Köln) se encuentra al sur de Düsseldorf y del otro lado del río. Su historia y su nombre se remontan al imperio romano. Pero la ciudad es hoy uno de los principales destinos turísticos de Alemania gracias a la monstruosa catedral gótica que se alza a orillas del río. Si te preguntas por qué la llamo “monstruosa”, quizás lo entenderás apenas te enfrentes con ella cuando salgas de la estación central. Si necesitas más razones, aquí van: hasta 1884 fue el edificio más alto del mundo; para construirla se necesitaron muchos siglos y muchas vidas humanas y los trabajos de restauración son incesantes; finalmente es imposible abarcarla con una sola mirada. Te desafío a que lo hagas con tu cámara.
Personalmente agregaría que esta iglesia transmite una sensación un poco perturbadora, alejada de la paz y armonía que se esperaría de un templo. Quizás esta impresión mía se entiende mejor si luego visitas la iglesia de San Martín, de período románico y por lo tanto más sencilla, que se encuentra muy cerca de la catedral.
Pero si lo tuyo no son las iglesias, la ciudad de Colonia vale la pena por sus calles empedradas de estilo medieval. Como Düsseldorf, la ciudad tiene su cerveza local, la Kölsch. La puedes probar en las distintas y numerosas cervecerías de la ciudad. Si te gusta la música en vivo y te agarra la noche en la ciudad vieja (no tiene que ser muy tarde, la noche aquí empieza a las siete), te recomendaría ir a Papa Joe‘s. Este es un local de jazz con un ambiente genial, en el que todos los días toca una banda distinta.
Un viaje a la revolución industrial alemana
Cuando desde el otro lado del Atlántico pensamos en Europa, lo primero que se nos viene a la mente son iglesias, museos y edificios antiguos. Rara vez se nos ocurre pensar lo mucho que la industrialización transformó gran parte de este continente, las huellas que dejó en su paisaje y en su cultura. Mi primer contacto con esta parte de la historia fue el hecho de vivir a escasos doscientos metros de una fábrica cuyas primeras instalaciones datan del 1900. Pasear por la vieja mina de Zollverein en la ciudad de Essen, y atravesar la ciudad de Wuppertal en el tren colgante completaron en mi imaginación la idea de la “Alemania de Hierro”, la polémica Alemania de Bismarck.
Zollverein en Essen
Hoy es patrimonio universal de la UNESCO, desde 1847 hasta 1993 fue un enorme complejo industrial dedicado a la extracción y al procesamiento del carbón. El complejo es hoy un museo, centro de exposiciones, taller de artes y parque, entre otras cosas. Se realizan visitas guiadas, pero pasearse por el parque y parte del complejo es gratuito. El pozo número XII fue construido en 1932 en estilo Bauhaus es considerado una obra maestra arquitectónica y técnica.
Creo que la visita vale mucho la pena, sobre todo en los meses más verdes, durante los cuales se puede apreciar el contraste entre el laberíntico complejo fabril y el extenso parque de árboles jóvenes. La visita, además, ofrece otra mirada sobre la historia y la cultura de Alemania. A mi me ayudó a entender mejor el lugar en el que el país se encuentra hoy y su relación con las exigencias del cambio climático.
Wuppertal
Como lo dice su nombre, esta ciudad se alza en el valle del Wupper, otro de los numerosos afluentes del Rin. Durante el siglo XIX la ciudad fue uno de los centros económicos e industriales más importantes de Alemania. Pero su desarrollo asociado a la industria textil se remonta al siglo XV. Durante la Segunda Guerra Mundial la ciudad fue destruida en un cuarenta por ciento. De todas formas algunas de sus edificaciones tradicionales sobrevivieron. El estilo Art-Nouveau en decadencia de muchas de sus construcciones le da a mis ojos un aire cyberpunk muy atractivo.
Pero quizás lo que más contribuye a esta atmósfera es el Schwebebahn o tren colgante. Este fue inaugurado en 1901, y circula suspendido (en gran parte) sobre el río Wupper y a través de la ciudad a lo largo de 13 kilómetros. Si vas a Wuppertal, te recomiendo recorrer la ciudad de norte a sur en el Schwebebahn.
Más allá del tren colgante
Wuppertal cuenta también con un famoso zoológico y un hermoso parque botánico en uno de los altos de la ciudad. En esta ciudad nació además Federico Engels, el co-autor del Manifiesto Comunista. A lado de la estación de tren Barmen, o cerca de la estación de Schwebebahn Alter-Markt se encuentra la casa de Engels y una escultura del mismo que China regaló a la ciudad.
Como si esto fuera poco, al lado de la escultura de Engels se encuentra la Ópera de Wuppertal, un teatro pequeño pero de gran importancia para la danza contemporánea. Este es la sede de la compañía de danza teatro de la famosa coreógrafa y bailarina alemana Pina Bausch. Si te gusta la danza y tienes suerte, quizás puedes ver alguna de sus presentaciones. Pero te aconsejo que saques las entradas con anticipación pues se agotan muy rápido. Si no la conoces, te recomiendo ver el documental que Wim Wenders realizó sobre ella, en 2009 ganó el Óscar al mejor documental.
Creo que ya tienes suficiente de dónde elegir. Espero que alguno de los paseos que te propongo en este artículo te llame la atención y que disfrutes de una buena Wanderung -por el bosque o por esa otra forma de la selva que es la ciudad.
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