Qué ver en Praga, República Checa

La ciudad dorada es sin duda, una de las ciudades más bellas del mundo y si estás planeando tu viaje a Praga seguro que te interesará saber cuáles son los lugares de interés que no te puedes perder.

El Reloj Astronómico, antes de ser restaurado, con los colores originales.

Ciudad Vieja

En primer lugar, la Plaza de la Ciudad Vieja o Staromestské náměstí. En el mismísimo centro, en medio de un enmarañado de calles se encuentra la plaza más bonita de Europa Central. Si vienes con tiempo, no dudes en perderte por las callejuelas. Disfruta de las tiendas y bares más emblemáticos de la ciudad. Y una vez en la plaza verás el Reloj Astronómico, un reloj único y con una leyenda increíble, no te puedes ir de Praga sin conocerla.

Enfrente del reloj se encuentra el Antiguo Ayuntamiento de Praga, desde la terraza del cual hay unas vistas fabulosas de la Ciudad Vieja. Además, si cruzamos la plaza encontraremos la Iglesia de Nuestra Señora de Týn. Aunque solo podremos entrar en ella si encontramos la entrada. Se la conoce también como “la Iglesia encerrada” porque está cercada por casas. Una pista: deben de pasar por debajo de los arcos de las casas, ahora convertidas en restaurante, que la rodean.

Desde la misma Plaza podemos coger un free tour en español. Los free tours son tours guiados por la ciudad en los que solo pagaremos la voluntad y en los que podremos disfrutar de una infinidad de historias, leyendas, monumentos y puntos de interés. En la mayoría de tours (hay varias empresas con servicio en español), podrán disfrutar de la Ciudad Vieja y del Barrio Judío o Josehov, dónde se encuentran la mayoría de las Sinagogas; para terminar normalmente cerca de la ciudad nueva, en la Plaza de Wenceslao, dónde los checoslovacos enseñaron sus llaves en 1989 para conseguir la libertad durante la Revolución de Terciopelo.

Ciudad Nueva

La plaza de Wenceslao está presidida en su parte superior por el Museo Nacional, al que hasta finales de año será gratuita la entrada, visita recomendable si venís para varios días.

Fachada del Museo Nacional, en la Plaza de Wenceslao de Praga

Además, la estatua de Wenceslao, en su caballo, está justo enfrente del museo mirando hacia abajo, lo cual le da un toque señorial a la plaza más larga de Europa, situada en la Nove Mesto o ciudad nueva.

También es una de las plazas más grandes, Karlovo náměstí o plaza de Carlos. Fundada por Carlos IV en 1348, aglomera algunos de edificios emblemáticos como el Ayuntamiento de la Ciudad Nueva, construido ya en tiempos de Carlos IV, y el Palacio Mladotovský (o Casa de Fausto). Además, destacan en ella la iglesia de San Ignacio, del barroco temprano, o el edificio de la Universidad Politécnica checa, de estilo neorrenacentista. La mayor parte del espacio de la plaza lo ocupa un parque que tiene 7 esculturas y una fuente barroca.

Si desde allí andamos en dirección al río es muy posible que lleguemos a la conocida como “Casa Danzante” o Tančící dům, de finales del siglo XX y que contrasta fuertemente con los edificios mode

La Casa Danzante, iluminada y engalanada con motivos navideños

rnistas de viviendas que hay frente al Vltava, o Moldava, como se le conoce en español.

A lo largo de toda la ciudad prácticamente, el recorrido del río es bonito y merece la pena. En su trayecto hacia el centro desde la casa danzante, podemos encontrar el Teatro Nacional, del siglo XIX.

Si seguimos, desde este precioso edificio, en dirección norte por el curso del río, nos encontraremos pronto con el Puente de Carlos o Karlův most. Fue constriudo a las ordenes de Carlos IV cuya escultura se encuentra situada frente a la torre del puente, en uno de los laterales, frente a la Iglesia de San Salvador. Para la construcción del puente, que comenzó en 1357 y concluyó en 1402, se utilizaron cáscaras de huevo para enriquecer la argamasa. Para sostener económicamente la obra se cobraban peajes, tarea que inicialmente estuvo a cargo de la orden religiosa de los Caballeros de la Santa Cruz de la Estrella Roja, y luego de la municipalidad de la Ciudad Vieja, hasta 1815.

Actualmente, el Puente de Carlos, cuenta con 30 estatuas, la mayoría barrocas, y esculpidas entre los siglos XVII y XVIII. Sin embargo, en 1965 las estatuas fueron remplazadas por réplicas y las originales se depositaron en el Teatro Nacional. Las vistas del castillo, y de toda la ciudad desde el Punte son inmejorables. Es de una belleza extraordinaria, y por ello se trata de uno de los puentes más transitados a pie del mundo.

Malá Strana

Tras cruzar el Puente desde la Ciudad Vieja nos encontramos con el Barrio de Malá Strana o del lado pequeño, donde se sitúa, entre otros monumentos impresionantes, el Castillo. Para él podríamos dedicar un artículo entero ya que su visita es la más imprescindible de todos los lugares de Praga. La visita al Castillo nos puede llevar varias horas ya que en él se encuentran: la majestuosa Catedral de San Vito, el Palacio Real, la Basílica de San Jorge, el Callejón del Oro o las Antiguas Caballerizas entre otros. El Callejón del Oro, con sus pintorescas casitas de colores en las que incluso Kafka llegó a vivir.

Para entrar en el interior de la catedral, al vestíbulo, no es necesario pagar entrada, sin embargo, nosotros recomendamos sacar la entrada ya que por 250 Kc, unos 10 euros, tenemos acceso a la Catedral, a la Basílica de San Jorge, Callejón del Oro y Palacio Real (mitad de precio para los estudiantes y pensionistas).

Para los más católicos, es también visita imprescindible, la Iglesia de Nuestra Señora Victoriosa, en Malá Strana, dónde se encuentra la figura del Niño Jesús de Praga regalada por los españoles a la ciudad de Praga.

Una buena opción para comer puede ser en el Barrio de Vinohrady, en el que personalmente recomendaría la visita a Náměstí Míru, plaza central del barrio dónde se encuentra la Iglesia de Santa Ludmila, de estilo neogótico, construida en el siglo XIX.

Miradores con encanto

Sin embargo, no debemos confundir Vinohrady con Vyšehrad, otro de los monumentos de Praga y visita muy recomendable para los amantes de los castillos, fortalezas e iglesias. Vyšehrad significa Castillo en lo Alto y se ubica en una pequeña colina al lado del río Vltava. Fue construido en el siglo X y se considera uno de los orígenes de la ciudad de Praga, idóneo para alejarse un poco de la aglomeración de turistas y disfrutar de una de las vistas más maravillosas de la ciudad.

Funicular de Petrin el pasado fin de semana, tras la primera nevada del invierno

Bonitas vistas también, pero desde el otro lado del río, las que nos ofrece la maravillosa Torre de Petrin, en una colina sobre los barrios de Malá Strana y Smíchov. Se puede subir con el mítico funicular de Petrin. El precio del mismo es 24kc como cuaquier ticket para el transporte de la ciudad para una duración de media hora.

Praga es una ciudad para recorrerla a pie y que además consta de un transporte público de los mejores del mundo. Visita la ciudad de las cien torres, no te arrepentirás.

Por Santi Berenguer Ferri