¡Hola de nuevo viajeros!

Este post está dedicado a una de las principales tradiciones de Salvador. Se trata de la «Lavagem do Bonfim», o, dicho de otra forma, el lavado de las escaleras de la iglesia de «Nosso Senhor do Bonfim». En este post anterior podéis leer la introducción de esta fiesta a través de conocer un poco más la iglesia donde tiene lugar (y que no se puede quedar sin visitar en una parada en Salvador). También hay otras informaciones que permiten entender mejor esta segunda entrada.

En cualquier caso, en esta entrada el propósito es que conozcáis un poco más de la fiesta que, en particular, ocurre el jueves anterior al segundo domingo después del día de Reyes (6 de enero). Parece un poco lioso, pero no hay de qué preocuparse. Todos los años, con meses de antelación, sale publicado el día en concreto en que caerá la celebración. Y con sólo buscar en google «Lavagem do Bonfim» y colocar detrás del año de interés ya encontraremos la respuesta al día en cuestión para colocarlo en nuestro calendario de viaje.

Origen de la Lavagem do Bonfim

El origen cierto de que el lavado de la iglesia se convirtiera en una festividad que ha conseguido hacer sombra al verdadero día grande de la Festa do Bonfim (misa del segundo domingo después del día de Reyes) no está claro. Se sabe que los esclavos eran los que inicialmente llevaban a cabo las tareas de limpieza de la iglesia. También algún relato de algún portugués que, agradecido, limpió la iglesia. Y otra historia cuenta que fue un residente próximo a la iglesia, y que era creyente en Oxalá, el que inició el ritual.

En lo que los historiadores parecen coincidir es en la fecha de comienzo de esta tradición: principios del siglo XIX. Y también en la importancia de la vinculación de la iglesia do Bonfim con el Candomblé.

Fotografía extraída de https://www.santuariosenhordobonfim.com, con créditos para André Machado/Lumina.

El Candomblé

Para poder entender más de esta fiesta es necesario no perderse en los matices religiosos. El Candomblé es una religión que trajeron a Brasil los esclavos africanos. Procede del África Occidental y tiene en los Orixas (u Orixás) a sus dioses. Entre ellos está Oshalá (u Oxalá), que es el gran orixa de la creación.

El Candomblé cree sobre todo en divinidades vinculadas al poder de la tierra y madre naturaleza. A través de la danza, la estética y el trance los devotos celebran a sus divinidades; pero éstas nunca se expresan verbalmente. Según Pierre Verger, el Candomblé ha sobrevivido hasta hoy porque no intenta imponer una verdad absoluta, al contrario que la mayoría de las religiones.

El hecho de la supervivencia del Candomblé hasta nuestros días es digno de mencionar, ya que fue prohibido en Brasil y es precisamente en este país donde más se profesa hoy en día. Tras siglos de clandestinidad y de mantener un pulso con la Iglesia Católica y después también con la Evangélica, hoy en día su presencia es casi indisoluble de la cultura de Salvador, donde la mayoría de sus habitantes son descendientes de esclavos.

El comienzo de la fiesta

El punto de unión del Candomblé con el lavado de la iglesia para la gran misa del domingo es casi fortuito. Dado que la iglesia se localizaba en lo alto de una colina en una península alejada del centro neurálgico de Salvador, los peregrinos iniciaban su andadura días antes del domingo (por barco y a pie). En torno al jueves precedente solían llegar para comenzar a preparar la iglesia para su gran día. Las mujeres de los hombres de la hermandad do Bonfim acudían junto a sus damas de compañía- esclavas de creencias africanas- para la limpieza. Y, para los africanos, en la celebración de sus orixas también se utilizaba agua («Água de Oxalá») y además estos rituales se realizaban también en jueves, ya que el viernes es un día sagrado y de recogimiento en honor a Oxalá, donde no se realiza ninguna actividad.

Fue más o menos natural que la población de Salvador se fuera sumando al lavado de la iglesia. Al identificar al Cristo crucificado de Bonfim com su divinidad Oxalá, la danza y el ambiente festivo se fueron apoderando del acto en sí de limpiar la iglesia. La figura del santo se llegaba a colocar en el centro y, alrededor, las mujeres baianas bailaban y se rociaban el agua entre ellas como acto de purificación. Estas derivas festivas molestaron profundamente a la Iglesia, que lo consideraba una forma de paganismo. La Iglesia intentó reprimir el lavado de iglesias durante muchísimo tiempo y, en 1889, se llegó a prohibir.

La fiesta hoy en día

La fiesta ha evolucionado bastante. La Iglesia, finalmente, ha asumido que es una batalla perdida el intentar reprimir una voluntad de raíces tan profundas. Es cierto que la iglesia durante el acto de limpieza permanece cerrada, la limpieza se limita sólo a a las escaleras y, por supuesto, el santo ya no es parte del alboroto y se queda en el interior de la iglesia (salvo contadas excepciones).

Pero la actitud sí ha cambiado a lo largo de los años. Hoy en día es una unión de comunidades religiosas, que celebran los puntos de unión en lugar de enfatizar las diferencias. Ahora es el propio párroco el que invita a los fieles católicos a unirse a la Lavagem do Bonfim.

Fotografía: André Machado/Lumina, de la página oficial https://www.santuariosenhordobonfim.com

El ritual

Lo que permanece más inalterado a lo largo de los años es la caminada hasta la iglesia. Es un trayecto de 8 km que comienza temprano (a partir de las 8 de la mañana) en la iglesia de Conceição da Praia (en el centro). Sobre mediodía ya es grande la concentración de baianas en la iglesia, ataviadas con escobas, jarrones y flores. Van todas de blanco, color de Oxalá, e impecablemente vestidas según la tradición.

Una vez en la iglesia cada uno sigue sus propios planes. Los hay que aprovechan para hacer sus pedidos y colocar las cintas en la reja, las baianas se esmeran en dejar las escaleras limpias y otros muchos se dedican a comer y beber en la plaza. Es, en general, un ambiente festivo y que muchos aprovechan de inicio para seguir después la fiesta en otros locales en la ciudad (como en la Baia de Todos os Santos).

Créditos de la fotografía para Gildo Lima e Anna Carolina Lima

Espero que os haya gustado esta entrada de una celebración tan especial para los baianos. Que encima tiene siglos de historia y lecciones de integración de las que muchos otros países también podrían tomar nota. Para quien quiera conocer más de la iglesia y de su rica historia coloco de nuevo el enlace.

¡Buenos viajes!