Puede que no sea la primera vez que te planteas viajar a Venecia o que su nombre lleve resonando en tu cabeza desde hace años. Probablemente sea uno de esos destinos que de una vez por todas quieres tachar de tu lista «Lugares que ver una vez en la vida». O tal vez vas a aprovechar tu estancia en Florencia para pasar unos días también aquí. Sea como sea: has llegado al sitio indicado para planificar tu viaje.
¿Venecia te suena a canales, góndolas, amor, vino y mucha pasta? Pues estás en lo cierto. Pero déjame decirte, o más bien proponerte que no te quedes solamente ahí. El secreto de Venecia reside entre sus calles. Si quieres saber cómo perderte en ellas durante 3 días, ¡sigue leyendo! Aunque te parezca poco tiempo, te aseguro que es más que suficiente para una primera toma de contacto que te hará enamorarte de cada uno de sus rincones. Y volver, claro.
Venecia es una isla situada en el norte del Mar Adriático; pero esta isla es, también y sobre todo, un laberinto de canales en el que te perderás y encontrarás todo el rato. Ese es mi primer consejo para que comiences tu ruta. Fluir, callejear y dejar que tu instinto te lleve. Al fin y al cabo, perderse siempre formó parte del camino, ¿no?
AQUÍ COMIENZA LO INTERESANTE:
DÍA 1
Comienza tu día pronto y con energía. Ver el amanecer desde la Piazza San Marco es una de esas cosas con las que no cuentas, pero que tras vivirlas, te das cuenta de que son imprescindibles. Asegúrate de haber mirado el día anterior la hora a la que sale el sol y dirígete bien temprano hacia tu destino. Por el camino, atravesarás miles de puentes y callejuelas; pero no te detengas, ya tendrás tiempo de verlos más tranquilamente. Nada más llegar, sentirás que el mundo se abre a tus pies, pero la sensación será aún mayor cuando comiences a apreciar los colores del sol saliendo por detrás de la Basílica de San Marcos, la gran joya de este lugar. Madrugar te merecerá la pena, ¡hazme caso! Para terminar de despertar, puedes acercarte al Caffè Florian. No es ni mucho menos lo más económico de Venecia, pero siendo realistas, pocas cosas lo son allí, y aquí por lo menos tendrás la oportunidad de tomarte un café en la cafetería más antigua del mundo. Toda una joya de la arquitectura del S. XVIII.
Tras esta pequeña parada, y aprovechando que es bien temprano y la ciudad aún no estará plagada de turistas, dirígete a la Basílica de San Marcos. Abre a las 09:30 y la entrada general es gratuita. Eso sí, como recomendación personal, y si eres fan de los miradores, subir al Campanile no debería ser una simple opción para ti. Estamos ante el campanario de la Basílica y el edificio más alto de toda la ciudad. Las vistas son espectaculares y la entrada cuesta 8 euros. ¡Tú decides! Acto seguido, y en la misma plaza, has de visitar el Palacio Ducal. En este caso, el precio para acceder a él ronda los 20 euros, pero la realidad es que hay que visitarlo para poder entender muchas cosas de Venecia, como por ejemplo el origen de la que será nuestra siguiente parada: el famoso Puente
de los Suspiros. Este puente une el Palacio Ducal con la antigua prisión, y lo reconocerás por la cola de turistas que encontrarás para hacerte una sola foto, algo que no te pasará con el resto; aunque, la verdad, en Venecia todo merece una instantánea.
Es muy probable que después de visitar esto y aquello, ya se te haya ido la mañana y sea la hora de comer. No puedo dejar de recomendarte el que es, probablemente, mi restaurante favorito de Venecia. Se trata de 6342 A le Tole, una spaguetteria artesanal donde poder degustar pastas elaboradas en el momento y ante vosotros. Además, el ambiente es realmente acogedor y los precios muy asequibles. En definitiva, toda una experiencia para los sentidos que, si no os queréis perder, tendréis que reservar con antelación. En cuanto a la tarde, y teniendo en cuenta el cansancio del primer día, yo aprovecharía para cruzar el puente más antiguo de la ciudad, el Ponte di Rialto, que te llevará al mercado que lleva su mismo nombre (Mercado de Rialto). Quizá quieras aprovechar para realizar algunas compras o simplemente disfrutar de las vistas que se ofrecen desde este lugar.
Para terminar el día, te doy dos opciones: la primera y quizá más romántica, pero también bastante más cara, será dar un paseo en una de las tan reconocidas góndolas que recorren el Gran Canal día y noche.
El precio no te bajará de 80 euros a no ser que quieras compartirla con un grupo. La segunda opción se trata de cruzar este canal en un vaporetto, lo que viene siendo básicamente un autobús veneciano. Quizá el paseo no sea tan romántico, pero las vistas las disfrutarás igual y tu bolsillo te lo agradecerá.
DÍA 2
Después de pasar el primer día disfrutando de los platos fuertes de Venecia, durante este segundo te vas a adentrar en otros lugares quizá no tan conocidos. Comenzarás la mañana en dirección al barrio de Cannaregio, para lo cual tomaremos de nuevo un vaporetto. El principal atractivo de este lugar, va a ser el Ca´ d´ Oro. Y es que, como ya sabes, Venecia también es conocida por la cantidad de magníficos palacios que alberga. Este, en concreto, bordea el Gran Canal, convirtiéndose esta mezcla en una vista digna de ver. Además, alberga un impresionante museo en su interior que merece mucho la pena si te gusta el arte. Cerca de aquí, no puedes dejar de visitar el barrio judío, plagado de sinagogas y comercios que hacen de él una zona muy curiosa y tranquila. Dentro de él, puedes visitar el Memorial del Holocausto. Tampoco puedes dejar de probar el Spritz, la bebida típica de Venecia, mientras disfrutas de algunos de sus cicchetti más ricos (las tapas de Venecia). Para ello, te recomiendo que te dirijas a cualquier osteria de la zona; hay por todas partes y son los lugares más baratos que encontrarás en cualquier sitio de Italia para tomar algo.
El recorrido de la tarde comenzará en la Basílica de Santa Maria della Salute; podrás reconocerla debido al tamaño de sus cúpulas. Esta iglesia fue construida como agradecimiento a la virgen tras el fin de la gran epidemia de peste que sufrió Venecia en el año 1629. Desde entonces, ha sido y es un lugar muy apreciado por los venecianos. La entrada es gratuita.
La ubicación de este preciado lugar es el barrio Dorsoduro, conocido por ser la zona
universitaria. Así que, tras salir de la basílica, debes quedarte a disfrutar de su ambiente e incluso aprovechar para cenar por allí. Una de las zonas más visitadas aquí es el Campo Santa Margherita. Y si
quieres finalizar el día de la mejor manera, solo puedo recomendarte una heladería: Suso. Te prometo que no volverás a ser la misma persona desde el momento en el que pruebes una de sus maravillosas delicias.
DÍA 3
Para el tercer y último día, y después de haber visitado lo esencial (y más) de esta increíble ciudad; el plan propuesto es visitar dos de las islas más famosas de Venecia: Murano y Burano. Ambas se encuentran al lado, y el trayecto desde el centro no dura más de 40 minutos; por lo que, si te apetece, es una opción realmente buena. Para mi gusto, estas islas tienen tanto que ver como la propia ciudad, y no puedes dejar de perdértelo.
Nuestro transporte escogido será de nuevo el vaporetto, que yo recomiendo coger en la Plaza de San Pedro. La frecuencia es constante durante todo el día desde las 05:00h hasta las 00:00h, así que por eso no has de preocuparte.
Lo normal es visitar en primer lugar Murano, así que aquí realizarás tu primera parada. La isla es conocida debido a su cristal, por lo que será de visita obligada cualquiera de sus fábricas de cristal donde se realizan demostraciones y se pueden observar verdaderas maravillas. Eso sí, ¡ten cuidado con los precios! La demanda es mucha, pero la oferta también. No te metas en la primera que veas porque, probablemente, también sea la más cara. Lo que sí te recomiendo es que comas allí antes de embarcarte hacia tu siguiente destino, puesto que la variedad de restaurantes aquí será mucho mayor.
En cuanto a Burano, será toda una experiencia. Te fascinará bajar del barco y encontrarte con una cantidad inmensa de casas de colores rodeadas por pequeños canales. Es una isla tranquila sin mucho más que ofrecer, pero sentarte en un simple banco a ver como las señoras mayores tejen puede ser un momento para recordar.
Si te sobra tiempo, puedes dedicar las últimas horas del día a visitar la tercera isla más conocida de Venecia: Torcello. Sin embargo, desde mi punto de vista, su belleza no es comparable a la de las otras dos; por lo que si vas justo de hora, te recomiendo dejarla para otra ocasión.
Hasta aquí el post de hoy, espero que te sirva de ayuda; y sobre todo, ¡qué me lo cuentes en los comentarios si te apetece!
¡Hasta la próxima!
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